📅 08/2025
En los últimos años, el término “Asperger” ha ido desapareciendo progresivamente de los manuales clínicos y del lenguaje profesional. En su lugar, se utiliza ahora la denominación TEA Grado 1 (Trastorno del Espectro Autista de nivel 1 de apoyo).
Este cambio, que puede generar confusión o resistencia, tiene una base científica, social y humana que merece ser comprendida. Comprenderlo no solo es importante desde el punto de vista clínico, sino también desde la inclusión laboral y el reconocimiento del talento neurodivergente.
En 2013, el manual de diagnóstico DSM-5 (referente internacional en salud mental) eliminó el término “síndrome de Asperger” y lo integró dentro del espectro autista, clasificándolo como TEA Grado 1. La razón principal fue unificar criterios, evitar malentendidos diagnósticos y reconocer que las diferencias no siempre encajan en etiquetas tan cerradas.
Aunque el cambio tiene ya mucho tiempo, muchas personas, medios e incluso profesionales continúan usando “Asperger”, por costumbre, por desconocimiento o por afinidad personal con la antigua etiqueta.
El espectro autista se divide en niveles según el grado de apoyo que la persona necesita.
El Grado 1 incluye a personas con un alto grado de autonomía funcional, buena capacidad intelectual, pero con características concretas como dificultad en habilidades sociales, sensibilidad sensorial, rutinas rígidas o hiperfocalización.
Lejos del estereotipo, muchas personas con TEA G1 desarrollan carreras brillantes, especialmente en áreas como tecnología, ciencia, arte o ingeniería.
Las personas con TEA G1 pueden mostrar cualidades excepcionales:
Estas características pueden ser un valor añadido en muchos entornos profesionales, siempre que se les permita trabajar con respeto, estructura y sin presión social excesiva.
Entender que una persona no es “rara” ni “problemática”, sino que simplemente piensa y percibe el mundo de forma distinta, es clave para una cultura laboral sana.
La inclusión de perfiles neurodivergentes no es solo una cuestión de diversidad o justicia, sino también de eficiencia y visión estratégica: se trata de aprovechar el potencial de talentos únicos, en vez de empujarlos a encajar en moldes rígidos.
Conocer el término TEA Grado 1 y su significado real es un paso hacia una sociedad más consciente y empática. Más allá de etiquetas, lo importante es reconocer el valor que cada persona aporta. Y en un sector como el tecnológico, donde lo diferente a menudo es sinónimo de innovación, abrirse a la neurodivergencia no es solo correcto, es inteligente.